El hijo de mi padre (Sin mog oca)

Veröffentlicht auf 6. März 2016

EL HIJO DE MI PADRE


En los últimos años, los vientos besan las orejas como si el día de mañana no
existiera.

Los girasoles viven en las pinturas, las pieles beben las horas y el grito pesca las fuerzas.

Nada es como hace una década. Nosotros igual que otras personas tenemos los mismos nombres.

No sé cómo los días sin color hacen diferencia de una vela apagada.

No sé de qué color estuviera yo si las primeras memorias me pintaran como una pared.

Debajo de los puentes cuelgan mis pies, mientras yo colgado por la nube sueño que existiese

en forma de una raíz cuadrada de un hombre infinito.

 

Pobres labios no saben que solo con sus pensamientos puedan amar lo que se les presta por corto tiempo.

La sangre en el cuerpo o la maldición del agua en la leña, no me quitan la sed en el desierto.

Algunas palabras me hunden en la corriente, me mojan en el río. No soy capaz de callarme.

Como caracol a su casa, así llevo mi cuna en las espaldas, en caso de que naciera de nuevo.

Imagino que navegue. El tiempo que me llame el barco, amaré.

En borde de mi deseo, el yo, existe como un hijo del hombre que es,

Y contando, cuantas veces las almas han dejado el plumaje por la piedra, recito la canción a la

primera mano que me toca la frente, desde el otro lado del mundo.

 

Geschrieben von Stefana Petrovic

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